Era viejo, tenía su chaqueta rota y manchada, sus zapatos abiertos, y su barba frondosa.
Hace años no veía a su familia, llevaba meses sin agua caliente, y días con hambre.
Tres días iban, de peleas con otros vagabundos, por una esquina en la que pedirían dinero, y llevaba también tres días marchándose cabizbajo.
Sin embargo, se sabía ganador. Siempre fue despreciado, pero él disfrutaba cruzando las calles. Esperaba los semáforos y cuando daba la luz verde, caminaba muy rápido, era el primero en salir de la vereda y el primero en llegar a la del frente.
Era realmente bueno en su deporte. Pobre, solitario y vacío, pero era su deporte. Y él, era el mejor.
Un alegre ganador.
En la misma esquina...
Era joven, zapatos lustrados, camisa y corbata. Maletín y reloj. Abogado exitoso, adinerado y mujeriego.
Consumista, derrochador, individualista, y admirado por todos.
Un ejemplo a seguir en la sociedad.
Vacío de sentimientos, fue prepotente cientos de veces con esos trabajadores simplones que poco de su tiempo merecían. Y así fue siempre su vida. Llena de la mísera burla ajena.
Pobre, solitario y vacío, ése era su deporte, y él era el mejor.
Un triste ganador
que es el amor ? porque no puedo amarte sin desearte sólo para mi. porque
no puedo estar en silenciosa compañía y te quiero poseer sólo para mi. No
te am...
Hace 8 años
4 comentarios:
uff si hay algo que detesto es la prepotencia, yo con la gente así me llevo muy mal, un relato muy guay luis y la foto de allende con neruda me encanta!! chaoo
Está muy bien esa crítica a la felicidad individualista y consumista.
Un saludo.
Tenemos aún mucho por recorrer hasta convertirnos en seres civilizados.
Un saludo.
Hoy en dia las ciudades se llenan de tristes ganadores.
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