Un beso lento, pero apasionado dirá lo que mi boca oculta.
Tragarás mis palabras como si estuvieran sobre mis labios. Palabras en las que se envuelven valiosas sensaciones, y los más profundos sentimientos.
Tus labios delatarán tu miedo y -nuevamente- querrán hacer todo bien. Nunca sabrán, probablemente, que lo lograron sólo con existir.
Tus palabras se enlazarán hasta confundirse, y no podré oírlas, entonces estaré satisfecho. Pues en tus manos, siempre suaves, he guardado las esperanzas de una flor que crece a diario. Sin miedo, y sin pausas.
1 comentario:
Tus labios que son el pecado de los mios, que son el deseo de mi cuerpo.
¡Ay pero que delicia son tus labios!
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