Se sentó solo en una plaza, sintiéndose vacío, abatido, derrotado.
Mientras más solo se quería, más se acompañaba.
Los recuerdos corrían y hablaban a su alrededor, no lo abandonaron,
Las palabras colmaron sus ojos hasta derramarse.
Mientras caían, lentas y escondidas, se escondieron bajo la piel.
Y fueron -esas voces- calmando su pesar.
Poco a poco el miedo pasó de moda, asomándose el descanso.
Los recuerdos ya no lo rodeaban, ya se construían historias.
Las palabras ya no colmaban sus ojos, ya se hacían cómicas.
Y la esperanza descubrió que no fue ella quién entregó la calma,
A veces es cosa de moda.
2 comentarios:
Pasaré por aquí seguido
J.
mi hiciste recordar mi día de ayer.
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